jueves, 17 de septiembre de 2009

Permitir que el alma de un niño respire, no sólo requiere quietud, si no también movimiento, el movimiento ayuda a conocer el propio cuerpo y a coordinar mente, cuerpo y alma; luego del movimiento viene la tranquilidad, allí l@s niñ@s aprenden a reconocer sus sentimientos, a escucharse, es allí donde emerge todo su universo interior y les permite expresarse, crear, comunicar .....el taller brinda este espacio a l@s niñ@s y l@s invita a sumergirse en este maravilloso viaje que es el Teatro...

María Laura